NOCHE DE PSICOSIS Parte II

“…el dolor es absurdo,

porque existe, nada más.”

Charles Bukowsky

Soy un loco lleno de contradicciones con unas tremendas ganas de morir pero con mucho miedo al dolor, escribo sin tener imaginación, leo sin poder entender, tengo una novia sin saber amar y creo que seguiré viviendo por un buen rato.

Soy un loco que nunca habló de matrimonio y ahora me voy a casar, soy un loco que odia las bodas, un loco que no cree ni en si mismo y que predica la palabra de Dios, soy un loco que detesta a la gente y ahora estoy enamorado.                        

La ansiedad me destroza el estómago provocándome una cruel diarrea o un vergonzoso estreñimiento, pero también trae consigo inspiración, si, inspiración para morir, para suicidarme, para escribir mis nefastas líneas o para leer. Casi siempre para escribir cosas sin sentido y aquí estoy dibujando signos en un papel amarillento con un lápiz viejo casi sin punta; La felicidad es eso que pasa allá afuera mientras los locos lloramos abrazados a la almohada y la luna llena busca mi rostro pero yo temeroso me escondo tras la persiana.

NOCHE DE PSICOSIS

Besos de inocencia con saliva

 besos de amor en una esquina

 besos de michelada con mordidas

 besos de menta colgate

 besos de salbutamol y cocaína

 besos de madre soltera

 besos de prostituta que te roba la cartera.

Yo no sé escribir, sólo plasmo con letras lo que en este momento estoy pensando, cuando la ansiedad revolotea en mi estómago causándome una putrefacta diarrea; Y tomo una pluma y comienzo a escribir, y escribo por ejemplo que me siento tan infeliz, tan inmaduro, tan solo, tan fracasado, ahora tengo una novia pero ella si es ejemplar, no comprendo por qué se fijó en mi, me acaricia la cara y me dice "quiero estar siempre contigo" le sonrío y pienso: “pronto cambiarás de opinión.” Esta maldita ansiedad que se ha vuelto parte de mi me hace escribir, es solo eso no hay técnica ni vocabulario, solo dolor en mi cabeza y tristeza en mi panza, una tristeza inexplicable que me hace llorar amargamente y mientras lloro escribo y mientras lo hago me burlo de mi porque lloro sin razón y me carcajeo de mi mismo, sin duda estoy loco, tan loco que si alguien me leyera tal vez me llevaría a un manicomio o simplemente ignoraría mis futuros escritos.